Para realizar una exodoncia, generalmente, no es necesario utilizar técnicas tronculares, ya que por su porosidad el hueso maxilar permite la fácil difusión del anestésico con técnicas infiltrativas. Las técnicas tronculares se reservan para tratar varios dientes a la vez o cuando existan procesos inflamatorios vecinos que contraindiquen la inyección en la zona.
NERVIO DENTARIO ANTERIOR
Anatomía aplicada: La anestesia se practica a través del agujero infraorbitario, que se sitúa a 7-10 mm. por debajo del reborde orbitario inferior, en una linea vertical que, partiendo de la pupila, coincide con el eje del 2° premolar superior. Su anestesia bloquea el grupo incisivo-canino homolateral y las estructuras vestibulares. Igualmente, se anestesia el n. dentario medio cuando éste existe, consiguiéndose, pues, la anestesia de premolares, raíz mesial del primer molar y las ramas terminales.
El incisivo central recibe inervación cruzada, por lo que habrá que completarla con una infiltrativa del otro central. En exodoncias hay que completar por palatino.
Técnica: Con el dedo medio de la mano izquierda se busca el orificio infraorbitario Y se levanta el labio con los dedos índice y pulgar hasta descubrir el surco vestibular, donde se punciona dirigiendo la aguja oblicuamente desde el incisivo central. El dedo medio colocado sobre el agujero controla la llegada del líquido, debiendo ser mínima la penetración en el conducto, ya que la anestesia se obtiene por difusión al masajear la zona con el dedo.
Precauciones: Hay que ser cuidadoso, pues si se puncionan los vasos infraorbitarios pueden aparecer extensos hematomas muy molestos. La inyección profunda en el conducto puede originar diplopia y estrabismo al penetrar el fármaco en la órbita.
NERVIO DENTARIO MEDIO
La técnica de elección para este nervio es siempre la infiltrativa. En el caso de que no fuese posible se puede intentar bloquear con la anestesia del agujero infraorbitario.
NERVIO DENTARIO POSTERIOR
Anatomía aplicada: Se realiza en la región retrotuberositaria, a 2-3 cm. por encima y detrás de los cordales superiores, anestesiándose los molares -excepto la raíz mesial del primer molar cuando existe el dentario medio-, el periodonto, la cortical ósea externa y la mucosa vestibular. Se reserva para cuando la técnica infiltrativa no es posible.
Técnica: Se localiza la apófisis cigomática del maxilar y se inyecta en fondo de vestíbulo justo por detrás de ella, a la altura de la raíz distal del 2° molar. Una vez penetrada la aguja, se pide al paciente que cierre la boca y se avanza formando un ángulo de 45° con el plano oclusal de los molares superiores, penetrando hacia arriba, atrás y adentro contomeando la tuberosidad, sin penetrar más de 2 cm.
Precauciones: Evitar la punción del plexo venoso pterigoideo, de la maxilar interna o de la bola de Bichat. Si se profundiza demasiado podemos anestesiar el tronco maxilar superior completo o introducimos en la base del cráneo.
NERVIO NASOPALATINO
Anatomía aplicada: Se realiza a nivel del agujero palatino anterior localizado en el paladar, en la línea media justo por detrás de los centrales, coincidiendo con la papila. Su bloqueo insensibiliza la mucosa palatina de la región incisiva y canina, si bien la zona del canino tiene inervación cruzada con el nervio palatino anterior.
Técnica: La punción se realiza en la papila incisiva, siendo la punción lateral la técnica más recomendable, ya que la directa es muy dolorosa. Para realizarla se punciona lateralmente en la papila, soltando unas gotas del anestésico para posteriormente variar la angulación de la aguja y penetrar directamente en ella siguiendo el eje de los centrales y profundizando poco en el conducto.
Precauciones: La inyección profunda provoca el paso de anestésico a la cavidad nasal con posibilidad de hemorragias.
NERVIO PALATINO ANTERIOR
Anatomía aplicada: Se practica a nivel del agujero palatino posterior, situado en el paladar a nivel de la raíz palatina del 2° molar, equidistante de la línea media y el reborde gingival. La zona anestesiada es la fibromucosa y encía palatina hasta el rafe medio, llegando hasta la región canína donde se anastomosa con el nasopalatino. Le acompaña la arteria palatina descendente.
Técnica: Tras localizar la posible ubicación del orificio se punciona con aguja corta, dirigiéndola perpendicularmente desde la comisura bucal opuesta y tras aspirar se inyecta suavemente, depositando unas gotas del anestésico, sin penetrar más allá del bisel. Dado que el nervio se extiende desde el orificio hacia adelante se puede conseguir el mismo resultado puncionando por delante del orificio, bloqueando el nervio sin riesgos y con menos molestias.
De igual forma, se puede conseguir la anestesia de un territorio aislado del nervio realizando la punción a nivel de un molar determinado, en el punto medio entre el festón gingival y el rafe medio, con lo que se anestesia lo situado por delante del punto de inyección. Si sólo se quiere anestesiar la encía palatina que rodea a un diente determinado puede utilizarse la anestesia de encía marginal a ese nivel.
Precauciones: La punción en el orificio es muy dolorosa, por lo que hay que proceder con cuidado. Si se penetra en el conducto se anestesia el velo del paladar, con las consiguientes molestias deglutorias, fonatorias y respiratorias. A la altura del canino, debido a la inervación cruzada, es necesaria la punción a su mismo nivel.